La liposucción es una técnica quirúrgica utilizada para eliminar depósitos de grasa inestéticos de determinadas áreas del cuerpo, incluyendo cara y cuello, brazos, tronco, abdomen, nalgas, caderas y muslos, rodillas, pantorrillas y tobillos.
La liposucción no es un sustituto de la reducción de peso, sino un método para eliminar depósitos localizados de tejido graso que no responden a la dieta o el ejercicio.
La liposucción puede ser realizada como un procedimiento primario para mejorar el contorno corporal, o en combinación con otras técnicas quirúrgicas, como lifting facial, abdominoplastia, o lifting de muslos, para tensar la piel relajada y estructuras de soporte. El mejor candidato para una liposucción es el individuo de peso relativamente normal que posee un exceso de grasa en áreas determinadas del cuerpo.
El término “lipoescultura” se refiere a la combinación de liposucción y lipoinyección, es decir, la extracción de grasa de sitios inestéticos del cuerpo y su posterior inyección en sitios en los que se requiere un aumento de volumen, logrando así una mejoría importante en el contorno facial o corporal.
Sitios habituales de lipoinyección en la cara son por ejemplo surcos nasogenianos (arrugas pronunciadas que van de las alas de la nariz a la boca), líneas de marioneta (de los lados de la boca hacia abajo) y el entrecejo. Asimismo, puede utilizarse la inyección de grasa para corregir algunas irregularidades a nivel de las mamas, el abdomen o para aumentar el volumen de los glúteos.
El procedimiento tiene una duración variable (entre una y cuatro horas), dependiendo del número de áreas a tratar y el volumen de grasa a aspirar. Se puede llevar a cabo de forma ambulatoria o con hospitalización postoperatoria de una noche en promedio.
Se realiza bajo anestesia general o mediante bloqueos regionales y sedación dependiendo de la región a tratar y la preferencia del (la) paciente. El tiempo aproximado de recuperación para regresar a actividades cotidianas es variable dependiendo de la extensión de las áreas a tratar, y va de 3 a 10 días aproximadamente.
Dentro de las restricciones durante el período de recuperación se encuentran: no asolearse durante al menos un mes, no cargar objetos pesados, no agacharse. Se debe utilizar una prenda compresiva especial (faja, barbicuello, manga, etc.) dependiendo del área tratada, para asegurar un resultado satisfactorio. La paciente puede realizar ejercicio ligero aproximadamente a las 3 semanas, y ejercicio intenso entre 5 y 7 semanas después de la cirugía. Un cirujano plástico certificado es el único especialista que cuenta con los conocimientos, entrenamiento quirúrgico y experiencia necesarios para realizar este tipo de procedimientos bajo condiciones de máxima seguridad para el paciente.